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¿Qué hace que una persona cuente chistes sexuales a sus colegas? ¿Por qué es tan común? ¿Por qué la mayoría de las víctimas de bromas sexuales son mujeres y por qué sus compañeros y colegas masculinos no les muestran algún respeto?
Recuerdo sentirme incómodo muchas veces cuando estaba en el entorno laboral profesional. Algunas de mis compañeras me dijeron que era mi culpa que algunos de los hombres me trataran con tanta falta de respeto y me dijeran cosas inapropiadas. No me importa si caminaba desnudo, eso no le da a alguien el derecho de hacerme sentir incómodo y decirme cosas desagradables. No podemos controlar las acciones de otras personas, pero podemos apoyar a otros que pueden estar pasando por un momento difícil a manos de otros.
Soy muy verbal sobre mis experiencias con el abuso sexual infantil, el incesto, la violación y la violencia doméstica y, debido a esto, a menudo soy víctima de comentarios muy inapropiados de tono sexual. Un antiguo amigo mío que leyó mi libro After the Darkness, que detalla mis experiencias y supervivencia, decidió un día en una conversación telefónica referirse en broma a las funciones sexuales corporales asumiendo que estaría bien con eso. Estaba enojado conmigo mismo por no decir nada. En realidad, me quedé paralizado y no dije nada. Mi mente se quedó en blanco y me sentí impotente. Es muy común que las víctimas de delitos sexuales tengan este tipo de reacción ante incidentes como este, pero yo no lo sabía en ese momento.
La capacitación en sensibilidad se ha implementado en lugares de trabajo y en algunas comunidades con el fin de enseñar a las personas cómo comportarse en un entorno laboral. Se les enseña que las palabras y las acciones pueden hacer que alguien se sienta incómodo y se les recuerda que el hecho de que alguien se ría de sus comentarios o bromas inapropiados no significa necesariamente que la persona esté de acuerdo con eso. A veces la gente se ríe porque está nerviosa o teme que su secreto sea revelado. Otros que se ríen pueden reír por temor a ser excluidos por no estar de acuerdo. A pesar de estas capacitaciones de sensibilidad, todavía queda un largo camino por recorrer en lo que respecta al acoso laboral y la creación de un entorno laboral seguro para todos los involucrados.
Las organizaciones locales de mujeres también han tratado de dar un paso al frente con talleres y otras iniciativas relacionadas. Desafortunadamente, estas organizaciones carecen de la financiación y el apoyo público para realizar muchos cambios. Aún así, hay algunos lugares de trabajo que ignoran tales programas y niegan que estas condiciones existan en su establecimiento. A menudo, este es un tema incómodo para muchas empresas y, por lo tanto, los talleres nunca les llegan. Las capacitaciones de sensibilidad deberían ser obligatorias para todos los lugares de trabajo y deben prevalecer en más comunidades en todo el país. No es necesario ir demasiado lejos para ver a alguien que cuenta una situación que le sucedió hace años en la que fue víctima de acoso sexual, violación o abuso. ¡No está bien ocultar estas incidencias! Si todos somos abiertos y honestos sobre este tema,entonces podremos evitar que haya más víctimas.
© 2018 Candace Nadine Breen